Caminando por la Habana

La Habana, en el margen del 33. Festival del Nuevo Cine Latinoamericano

Entre el 5 y el 13 de diciembre pasado, tuve la oportunidad precipitada, de poder viajar a la Habana, por primera vez, y además, justo para el 33. Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Debo adelantarles, que mi personalidad es la propia que se maravilla con el descubrir, con el encontrar, y la Habana, es la propia ciudad para ser descubierta por pedacitos, por colores, por sentimientos, por la historia y las marcas que ésta va dejando en su gente y sus calles.

Me gusta mucho el cine, y la posibilidad de poder estar allí, con una cartelera inmensa que de ninguna manera podríamos abarcar, y por otro lado, las ganas de recorrer la ciudad para llevármela en imágenes robadas, me puso en conflicto entre correr de una sala de cine a otra en el vano intento de poder ver las películas ganadoras o caminar la ciudad recolectando imágenes y vivencias. Logré un equilibrio entre ambos deseos.

Nos alojamos en un hotel en el Vedado, muy cerca de muchas salas de cine, La Rampa, Yara, Pabellón Cuba, Infanta, Riviera, Charles Chaplin, Payret, nos quedaban a la mano, así como el hotel Nacional en dónde se concentraba todo el movimiento del festival, y el hotel La Habana Libre.

Alcanzamos a ver unas 18 películas entre las cuales mis preferidas fueron "Historias que solo existen cuando son recordadas", de Julia Murat, Brasil, y "Sudoeste" de Eduardo Nunes, también de Brasil. Esta última tuvo premio Coral a la mejor contribución artística, y por supuesto, que no alcanzamos a ver muchas de las premiadas.

Me llamó la atención, la variedad de oferta de transporte colectivo, bicitaxi, cocotaxi, los carros antiguos que hacen rutas colectivas por puestos, taxi normales y autobuses o guaguas.

Visitamos Centro Habana justo en medio de la celebración de la Virgen de la Caridad del Cobre, y todas las calles se vistieron de girasoles. Ese día también, atravesamos la bahía de la Habana para visitar a la Virgen morena de Regla, venerada también como Yemayá, en la ciudad de Regla.

Caminamos la Habana Vieja entre una variada arquitectura que va desde el Colonial y Barroco, Neoclásico, Art Nouveau, Art Deco y Ecléctico, visitamos los talleres de varios artistas, museos, pequeños restaurantes, talleres de cerámica, de grabado.

Una perfumería de otro tiempo con frascos de todos los tamaños y formas los cuales puedes rellenar con cualquier esencia fue una pintura de espléndido colorido.