19 de agosto de 2012

Isla Margarita, Playa Zaragoza, Juan Griego, Pedro González

Un lugar, para mi obligatorio de visitar, es Playa Zaragoza, por ser uno de los pocos lugares de la isla que mantiene una ordenada calle empedrada frente al mar, guardando todavía la arquitectura de antaño, (no me atrevería a decir de que tiempo), con sus casitas pintadas en colores pasteles, ordenadas, con una bonita posada con estilo muy caribeño, algunos pequeños restaurantes con mesas sobre la calle con manteles de colores.

A cada pocos metros encontramos vendedoras de empanadas y de cócteles tropicales, por lo tanto, desde el momento en el cual nos estacionamos, fuimos perseguidos por un captador de clientes para vendernos obligatoriamente una "piña colada". Ya queda de ustedes aceptar el acoso del captador, o pedirle que los deje conocer la localidad en paz.

Las aguas del mar desde Manzanillo a la Galera, son tranquilas, sin oleaje, pero bastante frías.





En la Galera, se encuentra el fortín del mismo nombre, si va por primera vez no puede dejar de escuchar a los niños "que le cuentan la historia" mientras suben al fortín. La visita al fortín debería ser preferiblemente al atardecer, pues desde allí son maravillosos, con la vista completa de la bahía de Juan Griego, en esta oportunidad, estuvimos allí cerca del mediodía, con diferente luz además por avecinarse una maravillosa tormenta, la ventaja fue, que el sitio estaba prácticamente solo para nosotros.










Un exquisito punto de parada para almorzar, es "La Casa de Esther" en Pedro González, una casa colonial frente a la plaza, a un costado de la iglesia, en dónde al mismo tiempo se celebraba una boda.
"La Casa de Esther" está atendida por ella misma, por Esther, un ser que irradia energía y alegría, quién junto con su hija se encarga de literalmente "hechizarnos" con sus platos, sabrosísimos, intensos, y llenos del colorido de esta tierra caribeña.
La casa, porque te sientes en tu casa, es a la vez un sitio lleno de recuerdos, de pedacitos de todos los tiempos, objetos recogidos, regalados, encontrados.

Es necesario llamar por teléfono y reservar: 04161966052 / 04123576322

















Isla Margarita, continuamos en Macanao

Luego de almorzar (por ejemplo), en Punta Arenas, y disfrutar del mar y del sol, podemos seguir nuestro camino, de regreso, vía El Robledal, pasando por distintos poblados y sitios de pescadores, siempre con una vista impresionante del mar a nuestra derecha.

Entre Río Grande y Guayacancito a nuestra izquierda, se encuentra Cabatucán,  en dónde nos sorprende una fabulosa caballeriza en un espacio maravilloso, propiedad de una familia francesa, ellos ofrecen distintos paseos por la playa y la montaña para todo tipo de jinetes, también tienen una piscina espectacular con tratamiento ecológico de las aguas, es decir, aguas suaves no agresivas por el cloro.

Al fondo de las caballerizas, funciona una posada en dónde se puede pernoctar o pasar el fin de semana, incluyen desayuno y se pueden contratar las comidas. Las habitaciones son limpias y muy agradables, se puede pasar un fin de semana muy tranquilo y en silencio, de hecho, hace un par de años recibimos el año nuevo allí con un grupo de amigos y fue una experiencia inolvidable.




















Isla Margarita, pequeños paseos, Península de Macanao

La isla Margarita esta situada al norte del Mar Caribe y junto con las islas de Cubagua y Coche conforman el Estado Nueva Esparta, la capital del estado es la ciudad de la Asunción, situada en el centro de la península mayor de la isla, y sus ciudades más importantes son Porlamar, Pampatar y Juan Griego.
Isla Margarita tiene un territorio de 1020 Km2 aproximadamente y está formada por dos penínsulas unidas por un banco de arena que forma un istmo de 18 km.

Por la web pueden encontrar muchísima información sobre la isla, yo no pretendo presentar ningún banco de información, sólo quisiera dar una idea del trayecto de pequeños paseos que compartiré con ustedes.

Macanao, la península más pequeña, es árida y desértica con toda la fauna y flora correspondiente a este tipo de clima, tiene la menor población de la isla y se puede recorrer completa en un paseo de un día, podemos por ejemplo, tomar la ruta por la derecha para hacer un recorrido en forma contraria a las agujas del reloj, a poco de comenzar este trayecto tendremos a la izquierda el Hato San Francisco, que en otros tiempos funcionara como posada, con caballerizas, y a la derecha una hermosa vista del mar abierto, proyectando todos los azules y blancos resplandecientes atrapados en la obra del maestro Ramón Vásquez Brito.



Más adelante, nos encontramos con distintas playas, entre ellas la Pared, en dónde hicimos un alto para refrescarnos con unas cervecitas heladas.



Una bonita excursión sería la de recorrer la isla descubriendo los talleres de los artistas plásticos los cuales abundan en esta tierra de gracia.
En el Valle de San Francisco, se encuentra Pablo Millán, artista naif o ingenuo, quién además de ser artistas, es un defensor y protector del ambiente, especialmente en su fauna, de la cotorra margariteña.


En el mismo Valle de San Francisco, pudimos conversar y fotografiar a un pescador y su familia, a la orilla de la calle que atraviesa el pueblito.






Por supuesto, que el objetivo final, es llegar a Punta Arenas, nombre el cual, en distintos países indica un lugar muy alejado, o el más alejado, como es el caso también en Chile.
Como su nombre lo dice, es la punta más alejada de la isla, y hace una esquina con el norte y el oeste, y puedes ver como se juntan las dos corrientes de un lado y del otro, con dos colores y con mucha fuerza, por supuesto. En este lugar se han desarrollado dos balnearios, el más antiguo con muchos puestos de comida, pequeños restaurantes y servicios para los bañistas, la playa es extensa y el agua agradablemente cálida, llana y suave oleaje, del otro lado hay dos puestos de restaurantes más nuevos, también con todos los servicios, pero con una playa más inclinada, aguas más profundas y mayor oleaje.
En esta oportunidad, nos encontramos con la playa vacía pues fue tiempo de algas y el mar estaba todo lleno de ellas, pero en uno de los restaurantes se celebraba una boda, con mucha alegría, música y buena comida.








Continuaremos pronto, con este pequeño paseo por la península de Macanao